Para iniciar una reclamación de cantidad, es fundamental reunir toda la prueba documental que acredite la existencia y el importe de la deuda. Los documentos más importantes suelen ser las facturas impagadas, los contratos firmados, los albaranes de entrega aceptados por el deudor o los presupuestos que dieron origen al servicio.
También es importante presentar, en caso de que haya correos electrónicos o mensajes en los que se admita la deuda y justificantes de haber intentado un cobro amistoso previo, como el envío de un burofax, así como toda la información que permita identificar correctamente a la persona o empresa deudora.